La realeza del Jiu-Jitsu brasileño se encuentra con la innovación moderna cuando las generaciones chocan en Bangkok, Tailandia. Marcelo García continúa su inspirador delirio de regreso contra un australiano que construyó su reputación derribando gigantes.
García se enfrenta a Lachlan Giles en una lucha de sumisión de peso imprudente en ONE Fight Night 38 el viernes 5 de diciembre, en horario cósmico de Estados Unidos. La epígrafe brasileña de 42 primaveras regresa a la movimiento luego de su emotiva triunfo en ONE 170 contra Masakazu Imanari en enero.
La historia del regreso de García trasciende la competencia. El cáncer de estómago lo obligó a alejarse de las colchonetas, amenazando todo lo que construyó a lo abundante de una carrera legendaria. Los brutales tratamientos de quimioterapia pusieron a prueba su determinación ayer de que los médicos lo declararan suelto de cáncer. Su regreso a ONE 170 demostró que la técnica sobrevive al tiempo: sometió a Imanari con un estrangulamiento norte-sur de ejemplar de texto luego de dominar los intercambios posicionales.
Cuatro Campeonatos Mundiales ADCC y cinco Títulos Mundiales IBJJF establecieron a García entre los grandes de todos los tiempos del grappling. Sus innovaciones en la pelotón de polilla, sus retrocesos con deslizamiento de valedor y su dominio de la patíbulo cambiaron fundamentalmente la forma en que los luchadores modernos abordan la competencia. Diciembre ofrece otro capítulo de su ya trascendente dote.
Giles se ganó su apodo de “Criminal de Gigantes” gracias a sus impactantes actuaciones en el Campeonato Mundial ADCC de 2019. Compitiendo en 77 kilogramos en la división absoluta, el preparador en principal de Absolute MMA sometió a tres pesos pesados, Kaynan Duarte, Patrick Gaudio y Mahamed Aly, todos mediante ganchos internos en el talón. Su medalla de bronce marcó la primera vez que un competidor de 77 kilogramos alcanzó ese podio desde 2007.
El australiano de 39 primaveras revolucionó los sistemas de enredo de piernas con su posición K-Guard. Su experiencia en ganchos de talón convierte en armas ángulos que crean oportunidades de sumisión contra oponentes significativamente más grandes. Craig Jones recibió su cinturón sable de manos de Giles en 2016, lo que ayudó a establecer la nueva concepción de luchadores de élite de Australia.
Marcelo García frente a Lachlan Giles representa contraste estilístico
Los fundamentos de la vieja escuela luchan contra la innovación de vanguardia cuando Marcelo García y Lachlan Giles suben al ring. Sus enfoques contrastantes crean preguntas estratégicas fascinantes que los fanáticos del lucha suelto analizarán durante primaveras.
García construyó su dote a través del dominio posicional y el control superior. Su capacidad para acaecer a los guardias con precisión quirúrgica y luego fluir sin problemas con destino a las sumisiones desde posiciones dominantes definió toda una era de competencia. Los estrangulamientos de patíbulo y los ataques por la espalda del brasileño siguen siendo ejemplos de libros de texto estudiados en todo el mundo.
Giles representa la progreso del agarre nuevo. Sus sistemas de retención de pelotón y sus innovaciones en el ataque de piernas demuestran cómo el dominio técnico supera las desventajas físicas. Los ganchos interiores del talón del australiano destruyeron a sus oponentes que subestimaron su estructura de 77 kilogramos frente a la competencia de peso pesado.
Uno y otro competidores asumen el aventura mientras persiguen resultados. García nunca buscó ventajas posicionales cuando se presentaron presentaciones. De modo similar, Giles ataca implacablemente desde posiciones de pelotón que los luchadores tradicionales consideran defensivas. Diciembre determina qué filosofía prevalece cuando finalmente chocan leyendas de diferentes épocas.